La gran industria española se ha visto obligada a detener su actividad durante dos jornadas consecutivas debido a la activación del Sistema de Respuesta Activa de la Demanda (SRAD) por parte de Red Eléctrica. Este mecanismo, implementado para garantizar la estabilidad del suministro eléctrico, fue activado por cuarta vez en 2024, según fuentes del operador del sistema.
Una herramienta clave para garantizar el equilibrio energético
El SRAD, que sustituye al antiguo servicio de interrumpibilidad, permite a Red Eléctrica desconectar temporalmente a grandes consumidores de energía con el fin de equilibrar la generación y la demanda. En esta ocasión, los cortes afectaron a varias industrias durante 2,5 horas diarias. La decisión, que no comprometió la estabilidad del suministro según la compañía, fue tomada debido a una combinación de factores: descenso de temperaturas, paradas no programadas de generación térmica y la desconexión de la central nuclear de Ascó por mantenimiento.
Pedro González, director general de AEGE (Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía), explicó que la activación del SRAD está influenciada por factores como la meteorología, la generación renovable y problemas de interconexión con Francia. «Es una herramienta necesaria, aunque exigente para la industria», afirmó González.
El caso de Ascó y su impacto en la red
La central nuclear de Ascó, en Tarragona, permanece desconectada desde principios de noviembre por su trigésima recarga de combustible y labores de mantenimiento. Según la Asociación Nuclear Ascó-Vandellós II, estas operaciones incluyen más de 13.000 actuaciones técnicas. La desconexión de esta central ha sido uno de los factores determinantes para la activación del SRAD en estas fechas.
Participación voluntaria, pero con impacto industrial
Aunque las industrias participan en el SRAD de forma voluntaria y reciben compensación económica, la medida tiene un impacto significativo. Con un preaviso de solo 15 minutos y una duración máxima de tres horas, las empresas deben interrumpir rápidamente sus procesos productivos, lo que puede generar pérdidas y riesgos de averías. Sin embargo, esta herramienta busca situar al consumidor en el centro del sistema eléctrico, permitiendo una participación activa en la gestión energética.
En la última subasta para 2024, celebrada en diciembre de 2023, se asignaron 609 MW de respuesta activa de demanda a 19 proveedores, garantizando así la disponibilidad del sistema en situaciones críticas.