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Al Assad y su familia llegan a Moscú tras recibir asilo político de Rusia

Bashar al Assad, expresidente sirio, y su familia llegan a Moscú tras recibir asilo político de Rusia, marcando el fin de su régimen en Siria.

El depuesto presidente sirio, Bashar al Assad, junto a su familia, ha llegado a Moscú después de que Rusia les concediera asilo político por motivos humanitarios, según confirmaron fuentes oficiales del Kremlin a las agencias rusas Tass e Interfax. La noticia marca un punto de inflexión en la prolongada crisis siria, con el régimen alauita perdiendo el control de Damasco tras un rápido avance de las fuerzas rebeldes.

El éxodo de Damasco

La huida de Al Assad, que abandonó Siria horas antes de la caída de su capital en manos de la insurgencia liderada por el grupo yihadista HTS (Hay’at Tahrir al-Sham), pone fin a más de cinco décadas de control de la familia Assad sobre el país. Varios reportes sugieren que el expresidente y su familia escaparon a bordo de un vuelo desde el aeropuerto internacional de Damasco, cuyo destino inicial se mantuvo en secreto hasta ahora.

El Kremlin, aliado histórico del régimen sirio junto a Irán, ha proporcionado un respaldo clave a lo largo de la guerra civil siria mediante apoyo militar y logístico. A pesar de sus esfuerzos, ni la aviación rusa ni las bases militares que mantiene en Siria lograron detener el avance insurgente en las últimas semanas.

Bashar al Assad, expresidente sirio, y su familia llegan a Moscú tras recibir asilo político de Rusia, marcando el fin de su régimen en Siria.

La estrategia rusa en Siria

Rusia mantiene dos bases estratégicas en Siria: una aérea en Hmeymim y otra marítima en Tartus. Ambas se encuentran en alerta máxima, pero las autoridades rusas han asegurado que la situación en estos complejos es tranquila, sin registros de enfrentamientos armados a pesar de la proximidad de las fuerzas rebeldes.

Moscú ha defendido su decisión de ofrecer asilo a Al Assad como un acto humanitario, subrayando su interés en preservar la estabilidad en la región. Sin embargo, esta acción ha desatado críticas en Occidente, incluyendo comentarios del expresidente estadounidense Donald Trump, quien calificó la huida del mandatario como una muestra de «debilidad» de Rusia e Irán.

El fin de un régimen

La salida de Al Assad simboliza el colapso de un régimen que comenzó en 1970, cuando Hafez al Assad tomó el poder mediante un golpe militar incruento. Su hijo Bashar asumió el liderazgo en el año 2000 con promesas de reformas y aperturismo que nunca se materializaron. Durante su gobierno, se sofocó cualquier intento de oposición política, especialmente tras el inicio de la Primavera Árabe en 2011, que desencadenó una guerra civil devastadora.

Las acusaciones de crímenes de guerra, incluidos ataques químicos, y la brutal represión marcaron el mandato de Bashar al Assad. Aunque las fuerzas rusas lograron estabilizar parcialmente su régimen en 2015, la guerra dejó a Siria fragmentada y en ruinas.

El futuro de Siria

La caída del régimen de Al Assad es celebrada por la Unión Europea y varios países occidentales como una oportunidad para iniciar un proceso de reconstrucción política y social en Siria. Sin embargo, el vacío de poder y la persistencia de conflictos en diversas regiones del país representan un desafío significativo para la estabilidad futura.

By Redacción

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