La octava edición de La isla de las tentaciones sigue generando polémica y curiosidad en redes sociales. Entre las participantes que han acaparado la atención se encuentra Bayán Al Masri, una joven mallorquina de 23 años, cuyo pasado ha salido recientemente a la luz, dejando a muchos sorprendidos.
Aunque hoy se la conoce por su papel en el famoso reality de Telecinco, Bayán tiene una historia que va más allá de los líos amorosos y las tensiones en la República Dominicana. Fue campeona de cálculo mental durante su adolescencia y, además, habla cinco idiomas, algo que pocos esperaban descubrir sobre una figura mediática de este tipo.
Una infancia de éxitos en cálculo mental
En el año 2016, cuando tenía apenas 15 años, Bayán participó junto a su hermano Mohamad, de 10, en el certamen nacional de cálculo mental Aloha. Ambos lograron llegar a la final, obteniendo un lugar destacado en el podio gracias a su destreza numérica.
La propia influencer recordó esos años con nostalgia: «Me han hecho este vídeo y se me han desbloqueado muchos recuerdos… Se me daban muy bien las matemáticas», comentó en sus historias de Instagram tras la viralización de un clip de la época.
Entre risas, confesó que su memoria fotográfica y la práctica constante en casa fueron factores clave para su éxito.
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Una vida polifacética: políglota e higienista dental
Además de su faceta como influencer y participante de televisión, Bayán Al Masri tiene formación como higienista y protésica dental. Asimismo, habla cinco idiomas, una habilidad que ha destacado en más de una ocasión.
Estos sorprendentes detalles han dado una nueva dimensión a su imagen pública, mostrando a una joven con un perfil mucho más diverso de lo que el programa de Telecinco deja entrever.
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Una revelación inesperada en el reality
El éxito en las matemáticas no ha sido el único giro inesperado en la vida de Bayán. En el último episodio del reality, la joven protagonizó un momento clave al caer en la tentación con Torres, dejando a su pareja, Eros Vidal, sin palabras tras escuchar la alarma en la villa de los chicos. «Es la primera vez que soy infiel, es raro», confesaba Bayán a sus compañeros.
