Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, ha solicitado diligencias al juez Juan Carlos Peinado para defenderse de las acusaciones de apropiación indebida e intrusismo interpuestas por Hazte Oír. La querella está relacionada con un software para pymes desarrollado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), que Gómez asegura haber gestionado bajo instrucciones directas de la institución académica.
Pruebas aportadas por la defensa
El abogado de Gómez ha presentado una serie de correos electrónicos que, según la defensa, prueban que la firma de los pliegos técnicos y el registro del dominio del software fueron realizados conforme a las directrices de la UCM. Estos documentos, indican, desmienten la acusación de que Gómez actuó por cuenta propia.
Uno de los correos aportados procede de la gerencia de la Escuela de Gobierno de la UCM y señala explícitamente: “El pliego de prescripciones técnicas ha de firmarlo Begoña”. Este correo refuerza la defensa al evidenciar que la firma fue una decisión administrativa de la universidad, y no un acto arbitrario de Gómez.
Además, otros correos detallan cómo se registró el dominio del proyecto bajo indicaciones de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI) de la UCM. Según la defensa, el hecho de que el dominio esté registrado a nombre de Gómez no es inusual, ya que otros directores de másteres también figuran como titulares de dominios relacionados con sus programas.
Testimonios clave solicitados
Para fortalecer su posición, la defensa ha solicitado la declaración de dos figuras relevantes:
- Carmen Mitxelena, directora de la Escuela de Gobierno de la Complutense, quien ya afirmó en la Asamblea de Madrid que Gómez no se apropió de ninguna marca del máster.
- Elvira Gutiérrez-Vierna, interventora de la UCM, quien confirmó que la firma de los pliegos se ajustó a las normativas universitarias. Según ella, estos documentos deben ser firmados por el responsable administrativo, en este caso, Gómez.
El origen del nombre del máster
En cuanto al máster «Transformación Social Competitiva», la defensa subraya que el nombre fue ideado y propuesto por Gómez, lo que desmontaría las acusaciones de apropiación indebida de la marca. Esto demuestra, según la defensa, una implicación creativa y legítima en el desarrollo del proyecto.