En una actuación que recordó el gol decisivo en París, el Atlético de Madrid selló su victoria contra el Mallorca con una estrategia muy similar: Oblak lanzó un saque largo tras un córner del rival, y los papeles se repartieron entre Giuliano y Julián para llevar el balón al fondo de la red. La falta de coordinación entre Mojica y Maffeo en defensa fue determinante, y, una vez más, el portero esloveno fue clave en el origen de una jugada que aseguró el triunfo.
Simeone, preparándose para un cambio cuádruple, parecía estar ajustando piezas ante el rendimiento irregular de su equipo, mientras Lenglet estuvo cerca de ser expulsado tras una entrada a Larin. La decisión del árbitro de amonestar a Samu Costa en lugar de a Lenglet generó controversia, y aunque el Atlético tuvo otra oportunidad clara de anotar en una contra de Riquelme, el guardameta Greif detuvo el intento final.
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— Real Mallorca (@RCD_Mallorca) November 10, 2024
El Mallorca sin opciones claras
Por su parte, Arrasate agotó todos sus cambios buscando empatar, aunque el dominio del balón no se tradujo en oportunidades efectivas. Oblak mantuvo su seguridad y despejó un mano a mano con Abdón, además de intervenir en un cabezazo amenazante de Larin. El Atlético, fiel a su estilo defensivo, apenas concedió oportunidades al Mallorca hasta el descanso.
Simeone configuró un sistema defensivo atípico, y a pesar de que el Atlético se presentó en un 4-4-2 con canteranos en el centro, la estrategia se transformó rápidamente en un 6-3-1. Esto limitó las opciones ofensivas del Mallorca, mientras el Atlético buscaba fortalecer su retaguardia y minimizar los riesgos.
Primeros minutos sin sobresaltos
El partido comenzó equilibrado, una situación inusual para el Atlético en condición de visitante. Simeone parecía haber planteado el partido buscando que no sucediera nada, manteniendo el control en defensa y bloqueando cualquier intento del Mallorca. La intervención constante del árbitro Sánchez Martínez añadió interrupciones al juego, llevando el primer tiempo y parte del segundo a una batalla de resistencia, hasta que una jugada de Oblak selló el resultado.