El Gobierno de Pedro Sánchez endurece su postura ante los constantes desafíos de Carles Puigdemont y Junts. En medio de las tensiones por los Presupuestos de 2025, Moncloa descarta la propuesta de una cuestión de confianza y reta a los independentistas a respaldar una moción de censura liderada por el PP. ¿Qué consecuencias tendrá este pulso político?
Junts y el ultimátum de Moncloa
El hartazgo del Gobierno con los órdagos de Puigdemont es evidente. Este jueves, PSOE y Sumar prevén utilizar su mayoría en la Mesa del Congreso para vetar la propuesta de una cuestión de confianza al presidente Sánchez, presentada por Junts. Según fuentes de Moncloa, esta iniciativa es “extemporánea” y no cumple con los requisitos necesarios, por lo que será bloqueada.
El secretario general de Junts, Jordi Turull, advierte de que esta decisión “no será inocua” y deja entrever represalias, como su posible negativa a negociar los Presupuestos Generales. No obstante, fuentes gubernamentales insisten en que “hay instrumentos más serios” para censurar al Ejecutivo, como la moción de censura recogida en el artículo 113 de la Constitución.
El rechazo a una alianza con el PP
Desde Junts han descartado tajantemente la posibilidad de apoyar una moción de censura promovida por el PP y Vox, calificándola de “broma macabra”. A pesar de ello, Alberto Núñez Feijóo ha afirmado que estaría dispuesto a liderar una moción de censura si logra los apoyos suficientes, utilizando este desafío como una estrategia para presionar tanto al Gobierno como a los independentistas.
Por su parte, Moncloa utiliza esta negativa como un argumento para reforzar su postura frente a Puigdemont, demostrando que su Gobierno no cederá a chantajes. La ministra portavoz, Pilar Alegría, ha insistido en que el Ejecutivo cumple con los compromisos adquiridos en el Congreso, pero dentro de los límites de lo que considera “razonable y justo”.
¿Qué busca realmente Junts?
El trasfondo de esta disputa radica en el descontento de Junts con la aplicación limitada de la ley de amnistía y las dificultades para satisfacer todas sus demandas, especialmente en un Congreso sin mayorías claras. Moncloa señala que “hay cosas que no dependen solo de nosotros”, aludiendo al papel de los tribunales y la falta de apoyo parlamentario.
A pesar de los reclamos de juego limpio, la presión por parte de Junts no cesa. Puigdemont ha convocado una reunión en Bruselas para evaluar los próximos pasos del partido, mientras el Gobierno advierte de que no tolerará más imposiciones.