El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha confirmado este viernes la presencia de Víctor de Aldama, presunto implicado en el conocido como “caso Koldo”, en la sede del partido en la calle Ferraz durante la noche electoral de las elecciones generales de 2019. Sin embargo, la dirección federal insiste en que este hecho no constituye ninguna prueba de delito.
“No es prueba de cargo”
Desde la cúpula socialista se ha subrayado que las imágenes de Aldama en Ferraz, difundidas por el programa La Sexta Columna, no representan evidencia de actividades ilícitas. “Sí, sí, estaba ahí, ¿y qué?”, han declarado fuentes del partido, subrayando que no existe ninguna acusación formal sustentada en estos vídeos.
Además, recalcan que Aldama no ha presentado pruebas adicionales más allá de su testimonio en sede judicial. “No me parece ninguna prueba. Si estaba ahí, demuestra que estaba ahí, ni un metro más allá”, han argumentado.
Respuesta al PP y el caso Ayuso
El PSOE ha mostrado su malestar con el Partido Popular (PP), especialmente con su líder, Alberto Núñez Feijóo, por aprovechar este tema para atacarles públicamente. Los socialistas consideran que las palabras de Feijóo tras la declaración de Aldama han sido desmesuradas y estudian la posibilidad de emprender acciones legales contra él y otros dirigentes populares.
Por otro lado, el PSOE ha señalado con ironía las diferencias de trato judicial entre este caso y las investigaciones relacionadas con el entorno de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Critican los “aplazamientos” en la citación de la pareja de Ayuso y cuestionan por qué no se le aplica el mismo rigor.
Contexto del caso
El caso Koldo ha puesto bajo la lupa la posible relación de Aldama con presuntos delitos de tráfico de influencias. Sin embargo, los socialistas defienden que las acusaciones carecen de sustento probatorio sólido. En este contexto, las imágenes de Aldama en Ferraz se han convertido en el centro de un debate político, más que judicial, según las fuentes socialistas.
El PSOE mantiene que continuará defendiendo su posición y destaca que el debate se centra más en interpretaciones políticas que en pruebas objetivas.