El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha acusado a dos ciudadanos españoles detenidos en su país de ser «terroristas» y de estar involucrados en un supuesto plan de desestabilización contra su gobierno. Durante su programa de televisión semanal, Maduro mostró un fusil de asalto que, según él, incautaron las fuerzas de seguridad durante la operación en la que arrestaron a los sospechosos.
Maduro sostiene que existen «pruebas contundentes» que vinculan a los detenidos, identificados como Andrés Martínez Adasme y José María Basoa Valdovinos, con actividades terroristas. Según el presidente, los españoles planeaban cometer actos violentos, como asesinatos y colocación de bombas. Además, Maduro los asoció con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de España, sugiriendo que actuaban como agentes encubiertos.
#AHORA | Nicolás Maduro acusó de “terroristas” y de estar involucrados en un presunto plan en contra de su administración, a los españoles detenidos en #Venezuela.
De acuerdo con Maduro, los europeos están vinculados con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de España como… pic.twitter.com/jabDC0JEHg
— VPItv (@VPITV) September 17, 2024
Por su parte, el Ministerio de Exteriores de España negó cualquier implicación en el supuesto operativo de desestabilización y exigió acceso a los detenidos, a quienes todavía no han podido visitar funcionarios consulares. El gobierno español también rechazó las afirmaciones de Maduro, asegurando que los ciudadanos no pertenecen al CNI ni a ningún otro organismo estatal, y reafirmó que los españoles estaban en Venezuela como turistas.
Reacciones en Venezuela y España
El ministro del Interior de Venezuela, Diosdado Cabello, respaldó las acusaciones de Maduro y señaló que el CNI, aunque está adscrito al Ministerio de Defensa de España, opera de manera autónoma y colabora con la CIA en operaciones internacionales. Sin embargo, las familias de los detenidos aseguraron que ambos se encontraban en Venezuela como parte de un viaje turístico, tras haber visitado Colombia, y que no tienen ninguna relación con actividades terroristas o de espionaje.
Este incidente ha aumentado las tensiones entre España y Venezuela, con ambos gobiernos manteniendo posturas opuestas respecto al caso. Las autoridades consulares españolas seguirán presionando para obtener información sobre los cargos imputados a los ciudadanos y garantizar su acceso.