La ciencia abre una nueva puerta en la lucha contra la obesidad
Un equipo liderado por Guadalupe Sabio y Cintia Folgueira, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), ha realizado un avance crucial en la comprensión de cómo el organismo utiliza la grasa marrón para generar calor. Este descubrimiento podría sentar las bases para el desarrollo de terapias innovadoras contra la obesidad, una enfermedad que afecta a más de 650 millones de personas en el mundo.
¿Qué han descubierto las científicas del CNIO?
La investigación se centra en la proteína MCJ, presente en las mitocondrias, que actúa como reguladora del metabolismo basal. Al eliminar esta proteína en ratones con obesidad, los científicos observaron que estos animales producían más calor, quemaban más energía y, como resultado, perdían peso. Este hallazgo no solo reduce la obesidad, sino también problemas metabólicos asociados como diabetes, hígado graso y enfermedades cardiovasculares.
«Modificar la capacidad del organismo para quemar grasa podría cambiar cómo tratamos la obesidad y sus consecuencias», explica Guadalupe Sabio.
Un futuro prometedor: del laboratorio a los pacientes
Aunque estos resultados son prometedores, las científicas advierten que aún queda camino por recorrer. Los ensayos actuales se han realizado en ratones, y ahora el reto es comprobar si la eliminación de MCJ en humanos sería segura y eficaz. Según Sabio, “el siguiente paso es desarrollar un método para bloquear esta proteína en el tejido adiposo sin causar efectos secundarios”.
La creación de nanopartículas capaces de eliminar MCJ podría tardar hasta cinco años, seguido de las fases de ensayos clínicos, lo que marca un horizonte de al menos una década antes de su posible aplicación en pacientes.
¿El fin de la obesidad?
Aunque aún no se puede afirmar que la obesidad tenga los días contados, este avance ofrece una nueva esperanza para millones de personas afectadas por esta enfermedad crónica. Comprender el metabolismo basal y cómo afecta al gasto energético diario podría ser la clave para desarrollar tratamientos efectivos que no solo ayuden a perder peso, sino que también reduzcan los riesgos asociados a la obesidad.