La Unión Europea (UE) considera insuficiente la inversión que Nadia Calviño, presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), planea dedicar a la industria de defensa. Los líderes europeos exigen más fondos para acercarse a las exigencias del presidente estadounidense Donald Trump. Este artículo analiza la situación y las posibles soluciones.
Prioridades de Calviño y Sánchez
Calviño prioriza la inversión en tecnología, defensa y vivienda para el futuro de la UE. Por su parte, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, mantiene su compromiso de alcanzar el 2% del producto interior bruto (PIB) en gasto en defensa para 2029, a pesar de las presiones tanto de Trump como de la OTAN.
El anuncio de Calviño de duplicar la inversión del BEI en defensa hasta los 2.000 millones de euros en 2025 fue bien recibido, pero aún se considera insuficiente por varios líderes europeos. El presidente finlandés, Petteri Orpo, encabezó una carta firmada por 18 jefes de Estado y de Gobierno, incluyendo a Sánchez, instando a Calviño a incrementar la financiación.
La Carta de los Líderes Europeos
En la misiva, los líderes agradecen los esfuerzos del BEI, pero subrayan la «urgente necesidad» de movilizar inversiones adicionales para reforzar la capacidad de defensa y seguridad de la UE. Entre las propuestas, destaca un rediseño de la lista de actividades excluidas de la financiación del BEI para reflejar las prioridades políticas actuales.
Además, se plantea permitir al BEI financiar proyectos exclusivamente destinados a la defensa, así como aumentar la proporción de partidas asignadas a este sector. También se sugiere la emisión de deuda para financiar estos proyectos, similar a lo que ya se hace con proyectos de transición limpia.
Las Exigencias de Trump y la OTAN
Trump ha pedido a los países de la OTAN que gasten un 5% del PIB en defensa, arremetiendo contra la UE por no hacer suficientes esfuerzos. En respuesta, Andrius Kubilius, comisario europeo de Defensa, afirmó que los miembros de la OTAN elevarán su compromiso de gasto en Defensa «al menos» al 3% del PIB. Esta medida responde a la inestabilidad creada por el presidente ruso, Vladímir Putin, y no solo a las exigencias de Trump.
España, con un gasto militar del 1,28% del PIB, está entre los últimos en cumplir con estas metas. Sin embargo, Sánchez ha prometido alcanzar el 2% en 2029, aunque esto sigue siendo insuficiente para muchos aliados.
La Necesidad de Innovación y Colaboración
Kubilius también destacó la importancia de mejorar la innovación y realizar compras conjuntas para reducir la carga económica del aumento del gasto militar. Países como Lituania han anunciado planes para elevar sus presupuestos militares al 5% del PIB, inspirados por simulaciones que muestran su vulnerabilidad ante posibles agresiones rusas.
Esta estrategia de colaboración podría ayudar a España y otros países a cumplir con las nuevas metas sin imponer una carga fiscal excesiva a sus ciudadanos. Además, fomentaría una mayor integración y coordinación dentro de la UE y la OTAN.