El apoyo del Partido Popular (PP) al segundo decreto ómnibus y la renovación de la Junta Electoral Central han provocado un nuevo repunte de las tensiones entre el PP y Vox, tanto en público como en privado. Estas hostilidades se dan en un momento en el que la derecha alcanza su mayor pujanza en los sondeos, con ambas formaciones sumando más de 190 escaños en las encuestas, pero con un clima político que dificulta las negociaciones en las comunidades donde gobernaron juntos hasta la salida de Vox en julio de 2024.
El contexto de las tensiones
Las encuestas más recientes, como la publicada por El Debate el 26 de enero, sitúan al PP y a Vox con una holgada mayoría de 194 escaños, mientras que otras, como la de El País, reconocen que el bloque de derechas ronda una intención de voto del 47%, superando incluso las mayorías absolutas de José María Aznar en 2000 y Mariano Rajoy en 2011. Sin embargo, este momento de fortaleza electoral coincide con un aumento de las disputas entre ambas formaciones.
El decreto ómnibus y la Junta Electoral Central
Uno de los principales puntos de fricción ha sido el voto favorable del PP al segundo decreto ómnibus, pactado entre Pedro Sánchez y Carles Puigdemont. Este apoyo ha sido criticado duramente por Vox, cuyo líder, Santiago Abascal, acusó al PP de ser la «comparsa» de Sánchez y de no ejercer una oposición frontal en el Parlamento, los tribunales y las calles.
Por otro lado, la renovación de la Junta Electoral Central, cuyo mandato lleva más de un año caducado, ha sido otro foco de conflicto. Según una información publicada por El País, el PSOE, el PP y Sumar habrían acordado excluir a Vox del nuevo reparto de la Junta Electoral. Esto llevó a Vox a denunciar en sus redes sociales que el PP prefiere aliarse con el PSOE que con su propio bloque de derechas.
Respuestas cruzadas
Desde el PP, se ha negado cualquier acuerdo con el PSOE y se ha recriminado a Vox por no consultar antes de lanzar acusaciones.
Fuentes del PP señalaron: «Que Vox dé más credibilidad al Grupo Prisa que al Partido Popular demuestra la conjunción de intereses que hay entre el partido de Pedro Sánchez y el partido de Santiago Abascal».
Además, el PP ha criticado a Vox por su «incapacidad» para ejercer una oposición efectiva, recordando que Vox apoyó la reforma de las pensiones de Sánchez en 2023 y facilitó la gestión de los fondos europeos sin control.
Por su parte, Santiago Abascal ha respondido con firmeza, afirmando que cualquier pacto con Sánchez es un «balón de oxígeno» para que el presidente siga en el poder. En un mensaje en X (antes Twitter), Abascal escribió: «Me echaré en una tumbona solo después de recorrer España y el resto del mundo para que sepan que PP y PSOE han traicionado y estafado».
¿Unidad o división en la derecha?
A pesar de las tensiones, el año 2024 terminó con un acercamiento entre el PP y Vox, incluyendo un almuerzo privado entre dirigentes de ambos partidos. Vox incluso respaldó públicamente la vía Junts como la única forma de que Feijóo pudiera presentar y ganar una moción de censura que llevara a la convocatoria de elecciones generales.
Sin embargo, las recientes disputas por el decreto ómnibus y la Junta Electoral Central muestran que la unidad en la derecha sigue siendo frágil. En un momento en el que las encuestas favorecen al bloque de derechas, la cohesión entre el PP y Vox será clave para capitalizar su fortaleza electoral y presentar una alternativa sólida al Gobierno de Sánchez.