El Juzgado de Menores de Santander ha impuesto una condena de seis años de internamiento cerrado al menor de 15 años que asesinó y agredió sexualmente a su madre adoptiva en Castro Urdiales, Cantabria, en un caso que ha conmocionado a la sociedad española. La sentencia, de interés público debido a la extrema gravedad de los hechos y a las implicaciones para la justicia de menores, detalla la condena máxima posible para un menor de su edad.
Detalles de la sentencia: asesinato y agresión sexual con agravante de parentesco
Los hechos probados en el juicio describen cómo el joven, junto con su hermano menor de 13 años, planificó el asesinato de su madre. Mientras el menor sujetaba a la víctima, el mayor la apuñaló en múltiples ocasiones. En un acto posterior y agravado, el joven, “con ánimo libidinoso” según la sentencia, cometió una agresión sexual mientras la mujer se desangraba. La víctima falleció a causa de las heridas causadas por arma blanca.
La ley española establece que un menor de entre 14 y 16 años, como en este caso, no puede recibir una pena superior a seis años de internamiento, incluso en casos de delitos graves como el asesinato.
Intento de ocultación y simulación de secuestro
Tras el crimen, ambos menores intentaron ocultar los hechos y borrar las pruebas, dejando una nota para simular un secuestro y trasladando el cuerpo al coche familiar. La Guardia Civil descubrió el cadáver en el vehículo, y poco después localizó a los jóvenes en un parque cercano.
Medidas de libertad vigilada tras el internamiento
Además de la pena de internamiento, el juzgado impuso al joven tres años de libertad vigilada tras su liberación. Durante este tiempo, deberá cumplir con medidas educativas, y se le prohíbe acercarse a sus familiares más cercanos, quienes han sido parte activa en la acusación particular.
