La cancelación del servicio de taxi gratuito que conectaba el centro de Sant Lluís con las urbanizaciones en invierno ha dejado en una situación de abandono a los vecinos del municipio, especialmente a los más vulnerables. Esta decisión, anunciada recientemente por el Ayuntamiento, se basa en el argumento de que el coste actual del servicio es «inasumible» sin limitaciones de uso. Sin embargo, la gestión ineficaz de los responsables municipales y su falta de voluntad política son factores decisivos en esta situación que pone en riesgo el bienestar de muchos residentes.
Uno de los casos más alarmantes es el de una vecina con cáncer, quien ha compartido con esta redacción su preocupación e indignación. Hasta ahora, había podido acudir a sus sesiones de quimioterapia en taxi, sin que esto representara un gasto adicional para ella. Ahora, con la cancelación del servicio, se ve obligada a costear de su bolsillo cada trayecto, un gasto elevado que afecta gravemente a su calidad de vida y su estado anímico. Este es solo uno de los casos de vecinos que, por motivos médicos, dependen del servicio, y que ahora se sienten abandonados por el consistorio.
Un servicio necesario que el Ayuntamiento considera “inasumible”
Desde hace dos años, el Ayuntamiento de Sant Lluís había gestionado este servicio de taxi a demanda durante la temporada baja para conectar a los residentes de la costa. Sin embargo, este mes de noviembre, ha decidido eliminarlo debido a la subida de costes. Aunque en 2023 el servicio costó 10.400 euros, en 2024 la factura ha llegado a los 19.700 euros, a pesar de haber reducido la tarifa pagada a los taxistas en casi un 40 %.
El concejal de Movilidad, Jorge de Diego, ha indicado que el servicio ahora no puede mantenerse sin un contrato superior, ya que se ha superado el límite de 15.000 euros estipulado para un contrato menor. Sin embargo, esta excusa deja entrever una gestión deficiente y falta de creatividad en la administración municipal. Como señalan expertos en el ámbito público, es posible solventar este tipo de situaciones mediante un “reconocimiento extrajudicial de crédito”, algo que parece haberse pasado por alto.
El Ayuntamiento, incapaz de negociar como otros municipios
Otra de las razones aducidas para justificar la cancelación del servicio es la falta de un convenio con el Consell de Menorca, como los que sí tienen otros municipios como Es Migjorn y Fornells. En estos lugares, el taxi a demanda continúa funcionando gracias a un acuerdo de colaboración que permite compartir los costes entre el Consell y los respectivos consistorios.
La falta de voluntad del Ayuntamiento de Sant Lluís para gestionar un acuerdo similar con el Consell resulta, cuanto menos, llamativa. ¿Por qué otros municipios de Menorca han logrado mantener el servicio, mientras que Sant Lluís no ha sido capaz de buscar alternativas? ¿Por qué se opta por dejar de prestar un servicio fundamental en lugar de negociar, estudiar opciones de financiamiento o realizar ajustes sin perjudicar a los vecinos?
¿Soluciones para enero?
Desde el consistorio aseguran que están trabajando en una nueva fórmula para que el servicio de taxi pueda enfocarse en ayudar a las personas más vulnerables, pero este proyecto no se pondrá en marcha hasta, como pronto, el próximo mes de enero. Es decir, hasta entonces, los vecinos en situaciones difíciles tendrán que costear ellos mismos un servicio que debería ser público. El Ayuntamiento propone implantar un sistema de bonos de transporte gestionado a través de los servicios sociales, pero no se ha detallado aún cómo funcionará ni quiénes podrán beneficiarse.
Mientras tanto, los vecinos de Sant Lluís deberán seguir pagando de su bolsillo para desplazarse, una carga que afecta especialmente a personas en situación de vulnerabilidad o con necesidades médicas, quienes no deberían pagar las consecuencias de la falta de planificación y visión de su Ayuntamiento.
Esta situación plantea dudas sobre el compromiso real de los representantes municipales con sus ciudadanos. Es necesario que el Ayuntamiento reconsidere su postura y busque soluciones a corto plazo para evitar que los más vulnerables de Sant Lluís sean quienes sufran las consecuencias de una gestión poco eficaz.