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Taleb Abdulmohsen: un maestro de la taqiyya que evidencia las grietas en la seguridad europea

Abdulmohsen llegó a Alemania en 2006 tras ser acusado de violación y otros crímenes graves en Arabia Saudita. A pesar de las reiteradas solicitudes de extradición, el gobierno alemán rechazó las peticiones, citando preocupaciones sobre derechos humanos
Taleb Abdulmohsen, acusado de utilizar la taqiyya para ocultar sus intenciones, evidencia las fallas en la política de fronteras abiertas en Europa.

En los últimos años, Europa ha enfrentado una crisis de seguridad sin precedentes. La política de fronteras abiertas, que ensalza la libre circulación y la acogida de inmigrantes como valores supremos, ha mostrado su lado más vulnerable. Casos como el reciente atentado en Magdeburgo, Alemania, reflejan las consecuencias de ignorar las amenazas que acechan en nuestras propias comunidades.

El caso de Taleb Abdulmohsen: ¿víctima o estratega?

El médico saudí Taleb Abdulmohsen, quien vivía en Alemania desde hace casi dos décadas, ha desatado un intenso debate tras el atentado en Magdeburgo. Inicialmente señalado como simpatizante de la «extrema derecha», las investigaciones apuntan a que podría haber utilizado la taqiyya —una doctrina islámica que permite el engaño en determinadas circunstancias— para ocultar sus verdaderas intenciones.

Abdulmohsen llegó a Alemania en 2006 tras ser acusado de violación y otros crímenes graves en Arabia Saudita. A pesar de las reiteradas solicitudes de extradición, el gobierno alemán rechazó las peticiones, citando preocupaciones sobre derechos humanos. En suelo europeo, este hombre se reinventó como disidente, proclamándose ateo y exmusulmán, asegurando así su estatus de asilado. Sin embargo, su transformación podría haber sido una estrategia para desviar sospechas y garantizar su permanencia en el país.

La taqiyya: una táctica encubierta

La taqiyya ha sido utilizada como herramienta por ciertos grupos radicalizados para ocultar sus intenciones extremistas. Adoptan comportamientos contrarios a sus preceptos religiosos, incluyendo el consumo de alcohol y drogas, o fingen abandonar su fe, todo con el objetivo de integrarse y pasar desapercibidos.

Casos como el de Abdellah Ghamara, autor del atentado en Torre Pacheco en 2021, evidencian esta táctica. Ghamara llevaba una vida aparentemente alejada del islam ortodoxo, pero sus acciones estuvieron motivadas por la yihad. Estos patrones de engaño dificultan a las autoridades identificar amenazas y subrayan la necesidad de controles más exhaustivos.

Las fronteras abiertas: un riesgo para Europa

La política migratoria permisiva de Europa ha facilitado la entrada de individuos radicalizados, ya sea de forma legal o ilegal. La falta de controles adecuados y la ausencia de cooperación internacional en la verificación de antecedentes han permitido que personas como Abdulmohsen operen con libertad. Los atentados en Bruselas, París y Niza son trágicos recordatorios de las consecuencias de estas fallas.

By Redacción

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