En un caso que ha desatado el asombro y la polémica, una mujer ha presentado una denuncia contra su expareja por violación, basándose en un supuesto «contrato de consentimiento sexual» que ambos firmaron en tono de broma. Según el documento, la pareja solo podía mantener relaciones entre las 22:30 y las 22:55, y un día él habría excedido este límite en 15 minutos. La denuncia llega tras la ruptura, lo que algunos ven como un intento de venganza.
Contexto del «contrato»
Ambos miembros de la pareja acordaron, en tono jocoso, establecer límites estrictos para sus encuentros íntimos. El documento, firmado entre risas, estipulaba horarios específicos para las relaciones sexuales. Según la demandante, este acuerdo tiene validez legal y su incumplimiento debe considerarse una violación de su consentimiento.
🔴 URGENTE | Una mujer denuncia a su exnovio alegando que no cumplió el «contrato de consentimiento sexual» que firmaron de broma.
Sólo podían acostarse de 22.30 a 22.55 y un día se pasó 15 minutos, por lo que dice haber sido violada.
Todo porque él la dejó y quiere venganza. pic.twitter.com/18a6FaUbAu
— Unai Cano (@unaicano10) December 11, 2024
¿Un caso de venganza?
El conflicto surgió después de que el hombre decidiera poner fin a la relación. Fuentes cercanas aseguran que la denuncia parece más un acto de despecho que un caso real de abuso. El acusado, por su parte, sostiene que el contrato nunca fue tomado en serio y que la acusación es infundada.
Argumentos legales
La defensa del acusado insiste en que un contrato firmado sin intención seria carece de validez jurídica. Además, expertos señalan que el consentimiento en las relaciones íntimas debe evaluarse en el momento de los hechos, y no por acuerdos escritos fuera de contexto.
Repercusiones y debate social
Este caso ha generado un amplio debate en redes sociales y foros legales sobre los límites del consentimiento, la seriedad de los contratos firmados en broma y los peligros de banalizar denuncias de abuso. Mientras unos critican la actitud de la denunciante, otros se preguntan si este tipo de situaciones no desvirtúan la lucha contra la violencia de género.