El grupo municipal VOX Palma es el único partido que ha votado en contra de la implantación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) en el centro de Palma. Esta medida, propuesta con el fin de reducir la contaminación, genera controversia por varios puntos que VOX ha señalado como preocupantes.
Un informe sin experiencia y con baja puntuación
VOX ya había advertido sobre el informe en el que se basó la implantación de la ZBE, alegando que la empresa responsable no tiene experiencia en este tipo de proyectos. Este detalle quedó reflejado en el expediente de contratación, donde la empresa solo obtuvo 7 de los 40 puntos posibles en la valoración técnica. Además, al ser la única empresa que se presentó, el concurso no se declaró desierto, algo que VOX considera cuestionable.
Mediciones limitadas y falta de criterios claros
La portavoz de VOX, Gari Durán, destaca que las mediciones de emisiones solo se realizaron en puntos concretos del centro de Palma, sin evaluar el resto del municipio. Como resultado, VOX señala que el estudio no reflejó adecuadamente las áreas con más contaminación en Palma. De hecho, Durán subraya que el centro histórico, que ya cuenta con restricciones de acceso y está cerca del mar, es una de las zonas menos contaminadas.
Consecuencias económicas para los residentes
VOX también critica el impacto económico de la ZBE en los residentes. Aunque el proyecto prometía una exención hasta diciembre de 2026, los residentes deberán ajustarse a los tipos de vehículos establecidos. A partir de 2030, solo podrán acceder a la zona si disponen de un vehículo ECO, lo cual obligará a muchos ciudadanos a gastar entre 18.000 y 45.000 euros en un coche nuevo, una inversión considerable que no todos pueden permitirse.
En palabras de Gari Durán: “Hoy se vota para ahogar la economía de la zona y presionar a residentes que no tienen cómo pagar un vehículo nuevo”.