Una discusión entre vecinos en la barriada del Camp Redó terminó en agresión el pasado 28 de septiembre, cuando una mujer de 44 años atacó a un joven tras recriminarle una acción en el piso que ambos compartían. La situación, que inicialmente parecía una simple queja, escaló rápidamente hasta involucrar a la policía.
Todo comenzó cuando la mujer, consciente de que estaba causando filtraciones al piso inferior, continuó tirando agua por un sumidero. El joven, un ciudadano nigeriano de 25 años, intentó razonar con ella, pero al no lograr detener su acción, decidió grabarla para demostrar los daños que estaba provocando.
Golpeado sin piedad
La respuesta de la mujer fue violenta. Enfurecida, agarró un palo de fregona y comenzó a golpear al joven, propinándole fuertes golpes en el rostro y los brazos. La víctima intentó refugiarse en su habitación, pero la agresora lo siguió hasta allí, obligándole a huir a la calle para evitar seguir siendo atacado.
La mentira de la agresora desenmascarada
Cuando los agentes de la Unidad de Seguridad Integral (USEI) llegaron al lugar, la mujer intentó invertir los papeles. Afirmó que el joven la había atacado con un cuchillo, mostrándoles un corte en la mano. Sin embargo, la declaración de un testigo dejó claro que el corte fue consecuencia de sus propios golpes, ya que se rompió el palo de la fregona mientras golpeaba al joven.
Acción judicial en curso
Tras los hechos, la policía informó a ambos involucrados que el incidente sería llevado ante la autoridad judicial, instándolos a presentarse cuando sean citados. Ambos sufrieron lesiones leves y expresaron su deseo de buscar atención médica por su cuenta.