La noche del pasado 16 de octubre, la policía intervino en un caso de violencia doméstica en la barriada del Molinar. Una mujer alertó a los agentes de que su hermana había llegado al domicilio en estado ebrio. Sin provocación alguna, la agresora comenzó a insultarla y a amenazarla de muerte. Luego, se dirigió a su habitación y llamó a su hijo menor para reprocharle que al día siguiente testificaría en su contra en un juicio de custodia.
Según el testimonio de la denunciante, la mujer se puso agresiva y empezó a golpear y lanzar objetos al suelo. Por ese motivo, la tía del menor acudió rápidamente a la habitación para proteger a su sobrino. Los agentes hablaron con el menor, quien, visiblemente asustado, confirmó lo que su tía había relatado. Además, añadió que su madre lo había agredido físicamente con patadas.
La policía detuvo a la mujer, una española de 53 años, por presuntos delitos de amenazas de muerte y maltrato en el entorno familiar. Posteriormente, la llevaron ante el juez, quien ordenó su libertad provisional con cargos. También le impuso una orden de alejamiento que le prohíbe acercarse a menos de 500 metros de su hijo y hermana, así como cualquier comunicación directa o indirecta con ellos.