La tensión entre Ucrania y Rusia sigue al rojo vivo, y todo apunta a que podría ir a más. En una reunión clave en Washington, Joe Biden y el primer ministro británico, Keir Starmer, abordaron uno de los temas más delicados del conflicto: ¿permitirán a Ucrania usar misiles de largo alcance contra Rusia?
¿Qué se decidió tras la reunión?
A pesar de la presión de Kiev y las amenazas de Moscú, tanto Biden como Starmer optaron por no dar una respuesta clara sobre si Ucrania podrá o no usar estos misiles en territorio ruso. Starmer comentó que la cuestión se abordará más adelante en la Asamblea General de las Naciones Unidas, dejando un aire de incertidumbre que incomoda tanto a Ucrania como a Rusia.
Mientras tanto, ambos líderes reafirmaron su compromiso con la defensa de Ucrania frente a la agresión rusa, manteniendo el apoyo de la OTAN. Sin embargo, sigue habiendo límites en el uso de ciertas armas, principalmente para evitar un conflicto directo con Rusia.
El peligro de una escalada
El hecho de que no haya una decisión clara ha provocado que Moscú suba el tono. Dmitry Medvedev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, advirtió que si Ucrania usa misiles de largo alcance proporcionados por Estados Unidos, Moscú no dudará en atacar Kiev con tecnología avanzada. Esto aumenta el temor a que el conflicto se agrave aún más.
Putin responde y lanza una propuesta
Por su parte, Vladimir Putin no se quedó atrás y lanzó una advertencia contundente: «Si los usan, la OTAN entraría en guerra directa con Rusia». Esta afirmación ha puesto a todo el mundo en alerta, ya que el uso de misiles de largo alcance por parte de Ucrania podría desencadenar un conflicto a gran escala.
A pesar de este clima de tensión, Putin también sorprendió con una propuesta de paz, sugiriendo una cumbre con la mediación de India, China y Brasil. Pero, claro, no todo es tan sencillo. Putin puso como condición la retirada de Ucrania de la región de Kursk, lo que parece poco probable que suceda, al menos por ahora.
¿Qué pasará ahora?
Mientras Zelenski sigue pidiendo a Occidente que afloje las restricciones sobre el uso de armas, Biden y Starmer prefieren jugar con cautela. El temor a una guerra abierta con Rusia está presente, y una decisión en falso podría desencadenar un conflicto mucho más amplio.
Todo el mundo está esperando lo que pueda suceder en la Asamblea General de la ONU, donde este tema será discutido en profundidad. Lo que está claro es que la tensión está más alta que nunca, y el futuro del conflicto es, por ahora, incierto.