La televisión siempre ha buscado formas de conectar a las personas. En los años 60, surgió en Estados Unidos The Dating Game, un programa donde una mujer elegía entre tres hombres sin verlos previamente, guiándose solo por sus respuestas y voz. Pero lo que parecía un inocente entretenimiento escondía, a veces, historias mucho más oscuras.
En 1978, el formato fue testigo de uno de los casos más escalofriantes de su historia: la participación de Rodney Alcala, un asesino en serie que ya había cometido varios crímenes antes de presentarse en el programa. Este perturbador acontecimiento es el eje central de El asesino del juego de citas, el debut como directora de Anna Kendrick.
Anna Kendrick, actriz y directora
La polifacética Anna Kendrick, conocida por su papel en Up in the Air (2009) y su carisma en pantalla, no solo dirige esta película, sino que también protagoniza la historia. Interpreta a Cheryl Bradshaw, una actriz que acepta participar en el programa sin saber que uno de los candidatos es un depredador. Kendrick aporta a su personaje una combinación de vulnerabilidad y determinación que mantiene al espectador en tensión durante los 90 minutos de la película.
Un retrato de los años 70
La película no se limita a contar la historia de Rodney Alcala, sino que retrata con sutileza el papel de la mujer en la sociedad de la época. Desde la insistencia del presentador en que la protagonista «sonría más» hasta la forma en que Alcala utilizaba su oficio de fotógrafo para manipular y atraer a sus víctimas, El asesino del juego de citas expone cómo la cultura y los estereotipos de género jugaban un papel crucial en estas tragedias.
Realismo y entretenimiento
A pesar de tratar un tema tan oscuro, Kendrick logra un equilibrio perfecto entre el entretenimiento y el realismo. Sin caer en discursos exagerados, la película invita a reflexionar sobre las dinámicas sociales de entonces, manteniendo un ritmo que recuerda a los thrillers de David Fincher, pero con un enfoque más contenido.
Con escenas cargadas de tensión, diálogos inteligentes y un diseño visual que evoca la televisión de los años 70, la película consigue enganchar incluso a quienes ya conocen el final de la historia.
Una reflexión sobre la televisión y la sociedad
El asesino del juego de citas también es una crítica velada a los programas de entretenimiento y su capacidad de convertir lo absurdo, e incluso lo macabro, en espectáculo. Kendrick plantea una pregunta inquietante: ¿hasta qué punto la televisión es cómplice de la banalización de lo serio?
En definitiva, este debut de Anna Kendrick como directora deja claro que su talento trasciende la actuación, consolidándola como una narradora a tener en cuenta en el futuro.