Moldavia ha aprobado por un estrecho margen su ingreso en la Unión Europea (UE) tras un referéndum en el que participaron casi 1,5 millones de ciudadanos. Con un resultado sumamente ajustado, el 50,46% votó a favor de la adhesión a la UE, mientras que el 49,54% lo rechazó. Esta diferencia representa apenas 13.000 votos, demostrando la gran división en la población moldava.
El resultado supone un triunfo para la actual presidenta de Moldavia, Maia Sandu, líder liberal que ha promovido con fuerza el acercamiento a Europa. Tras conocerse los resultados, Sandu expresó su gratitud: “Hayas votado en Soroca, Chisináu [la capital], Stefan Voda, Milán o Dublín, ya sea que hayas emitido tu voto al amanecer o tarde en la noche, has elegido que Moldavia avance hacia la paz y la prosperidad”. Los votos de los moldavos en el extranjero fueron decisivos para inclinar la balanza a favor de la adhesión.
Acusaciones de interferencia y compra de votos
El referéndum no estuvo exento de polémica, ya que las autoridades moldavas sospechan que 150.000 personas podrían haber recibido pagos para influir en su decisión. En este sentido, la presidenta Sandu acusó a “fuerzas extranjeras” de intentar comprometer la democracia moldava mediante la compra de votos, en clara alusión a Rusia. Estas declaraciones reflejan la creciente tensión entre las dos naciones y el papel que Rusia sigue desempeñando en la política moldava.
Elecciones presidenciales y segunda vuelta
Además del referéndum, Moldavia celebró elecciones presidenciales este domingo, donde Maia Sandu obtuvo el 42% del voto. Su principal opositor, Alexander Stoianoglo, del Partido de los Socialistas, alcanzó un 26%. Ambos se enfrentarán en la segunda vuelta electoral, programada para el próximo domingo 3 de noviembre. “Para garantizar que estos esfuerzos no sean en vano y para proteger lo que tenemos, debemos garantizar una movilización total para las próximas elecciones”, afirmó Sandu, instando a sus seguidores a mantenerse activos.
Bruselas celebra y Rusia denuncia irregularidades
Desde Bruselas, el resultado del referéndum ha sido recibido con optimismo. El portavoz de Exteriores de la UE, Peter Stano, destacó que la votación se llevó a cabo a pesar de “intimidaciones sin precedentes” provenientes de “Rusia y sus actores afines”. “Continuamos apoyando totalmente las ambiciones, esfuerzos y aspiraciones de Moldavia para la adhesión”, declaró Stano.
Por otro lado, desde Moscú, las reacciones fueron muy diferentes. Rusia manifestó sus dudas sobre la transparencia del proceso, denunciando “anomalías” en los resultados que favorecieron a Sandu. Las acusaciones de ambos bandos reflejan la tensión que sigue marcando la relación entre Moldavia y Rusia, especialmente en un momento tan crucial para el futuro del país.