Estados Unidos ha intensificado su lucha contra el resurgimiento del Estado Islámico (EI) en Siria. En una serie de ataques aéreos realizados en las últimas 24 horas, las fuerzas estadounidenses alcanzaron más de 70 objetivos estratégicos en el centro del país. Según el Mando Central del Ejército, la operación tenía como objetivo campamentos, almacenes de armas y centros de mando del grupo terrorista.
Contexto del conflicto
La ofensiva ocurre en un momento crítico para Siria, que enfrenta una creciente inestabilidad política y militar. Mientras los rebeldes de Hayat Tahrir al Sham (HTS) avanzan hacia la estratégica ciudad de Homs, las milicias kurdo-árabes han tomado varias localidades en el este, debilitando aún más las posiciones del régimen de Bashar al Asad.
La debilidad del gobierno central ha permitido que el Estado Islámico recupere posiciones y reorganice sus fuerzas en zonas rurales y desérticas del país. Ante esta amenaza, Estados Unidos ha intensificado su vigilancia y operaciones militares.
Impacto humanitario
La situación humanitaria en Siria sigue siendo alarmante. Según estimaciones de la ONU, más de 1,5 millones de personas podrían ser desplazadas como resultado de los recientes enfrentamientos, sumándose a las 280.000 ya desplazadas este año. Este escenario agrava una crisis que lleva más de una década devastando a la población siria.
Objetivo de los ataques
La operación estadounidense busca frenar el avance del Estado Islámico y evitar que el grupo yihadista aproveche la inestabilidad para fortalecerse. En un comunicado, el Departamento de Defensa destacó su compromiso de «neutralizar cualquier amenaza terrorista que ponga en riesgo la seguridad internacional».