En una intervención histórica desde el Palacio de Montecitorio, Roma, el Rey Felipe VI ofreció un discurso que resonó más allá de las fronteras españolas. Ante 500 senadores y diputados italianos, el monarca destacó los retos actuales de Europa y lanzó una advertencia firme sobre los peligros de abandonar los principios democráticos. Su mensaje, que apeló a la memoria histórica de Italia y España, dejó clara su preocupación por el futuro de la civilización europea.
Un mensaje claro contra la tentación totalitaria
El Rey Felipe VI no titubeó al señalar los riesgos actuales. En su discurso, destacó un «peligroso deslizamiento hacia algo incierto y nada luminoso», refiriéndose al resurgir de tentaciones totalitarias y a la erosión de los tratados internacionales.
Don Felipe llamó a la acción, recordando que Italia y España son naciones con memoria histórica y que sus errores del pasado no deben repetirse. Subrayó la necesidad de reforzar el multilateralismo y preservar las libertades individuales como base para la estabilidad y el progreso.
🇮🇹 El Rey, en el acto en sesión conjunta de la Cámara de los Diputados y del Senado de la República Italiana
🗨️ Ante este Parlamento reitero mi profunda convicción de que Italia y España seguirán caminando juntas por las sendas no siempre fáciles del mundo del siglo XXI. pic.twitter.com/yRLDHwyDfC
— Casa de S.M. el Rey (@CasaReal) December 11, 2024
Una Europa en la encrucijada
El monarca describió los desafíos que enfrenta el continente: la gestión de las migraciones, el crecimiento económico, la transición energética y la competitividad industrial. «No hay desafío, por grave que sea, que justifique apartarnos de nuestra identidad europea», afirmó, en un claro mensaje contra el debilitamiento de los valores que han definido a Europa.
Felipe VI también defendió la necesidad de que Europa se mantenga unida ante amenazas externas e internas, destacando que el coste de abandonar estos principios sería «inasumible».
Compromiso con la paz y la estabilidad
El Rey dedicó parte de su discurso a las crisis globales actuales, como las guerras en Ucrania y Oriente Próximo. Condenó con firmeza la violencia y el terrorismo, y llamó a alcanzar un alto el fuego definitivo en la región. Subrayó la importancia de soluciones diplomáticas, como la coexistencia pacífica de Israel y Palestina, reiterando que este es el único camino viable para una paz duradera.
Además, insistió en que tanto España como Italia abogan por una inmigración «segura, ordenada y regular» que respete la dignidad humana.
España e Italia, ejes del compromiso europeo
Don Felipe también puso el foco en la relación entre ambos países, subrayando su compromiso mutuo con la OTAN. Sin embargo, advirtió que los aliados europeos deben prestar mayor atención al flanco Sur, una región estratégica que enfrenta desafíos significativos relacionados con la seguridad y la inmigración.
Europa debe mantenerse firme
El discurso del Rey Felipe VI dejó un mensaje claro: Europa debe mantenerse firme en sus principios democráticos, proteger su identidad y hacer frente a los retos actuales sin caer en la tentación de abandonar sus valores fundamentales. Su intervención, ovacionada por los parlamentarios italianos, reafirma el papel de España como un pilar en la defensa de la estabilidad y los derechos humanos en el panorama internacional.